ampliar información
Esculturas musicales
Las esculturas se transforman en instrumentos musicales por medio de cajas de música y otras técnicas artesanales. Entre todas, tratarán de componer una melodía bajo la interacción humana. La dificultad de armonización reflejará la complejidad de la sincronía perfecta del mundo material.
Los creadores
Petrit Halilaj y Álvaro Urbano son dos artistas visuales afincados en Berlín, pero por lo general ejercen su actividad profesional por separado. Este proyecto es una oportunidad única para ver a los artistas trabajar juntos en una instalación a gran escala.
La relación entre el universo humano y el universo natural
Juntos reflexionan acerca de la dicotomía entre los entornos construidos y la naturaleza, y de las posibilidades de negociación entre ambas realidades: el universo humano y el universo natural. En ambos, sus propuestas están imbuidas de elementos personales y alegres que sirven para plantear cuestiones relacionadas con las normas sociales.
Una canción popular como inspiración
"La instalación se hace eco de una canción infantil, que trata una escuela en el fondo del mar donde todos los pececitos van a estudiar formas de resistencia”, explican los artistas. Se trata de la canción popular española Ay, mi pescadito. Con ella pretenden explorar la cohesión y la resistencia o falta de armonía entre las especies, o entre los seres vivos y los objetos.
Piel metálica reflectante
La piel metálica de las esculturas refleja la luz del sol en los muros, techos y suelos de la iglesia, con la consiguiente alteración en la percepción del espacio a lo largo del día.
Una luna en forma de huevo
Reflejando la remanencia del espacio, la materialidad de la luna en forma de huevo, que simula la piedra caliza, simboliza cómo todo se puede reutilizar y transformar como parte de la naturaleza cíclica de nuestro mundo. De este modo, evoca las posibilidades de recrear formas alternativas de vida, transformación y paternidad en el futuro.
La gaviota como símbolo
En las performances, estarán presentes unos disfraces de gaviotas que los propios Halilaj y Urbano llevarán en dos apariciones y que servirán de esculturas de bienvenida a la exposición. Estas representan las criaturas de la laguna de Venecia observando desde la altura el ecosistema en evolución. Las gaviotas son las encargadas de coordinar la actuación de las diversas criaturas en una acción colectiva.
ampliar información
Esculturas musicales
Las esculturas se transforman en instrumentos musicales por medio de cajas de música y otras técnicas artesanales. Entre todas, tratarán de componer una melodía bajo la interacción humana. La dificultad de armonización reflejará la complejidad de la sincronía perfecta del mundo material.
Los creadores
Petrit Halilaj y Álvaro Urbano son dos artistas visuales afincados en Berlín, pero por lo general ejercen su actividad profesional por separado. Este proyecto es una oportunidad única para ver a los artistas trabajar juntos en una instalación a gran escala.
La relación entre el universo humano y el universo natural
Juntos reflexionan acerca de la dicotomía entre los entornos construidos y la naturaleza, y de las posibilidades de negociación entre ambas realidades: el universo humano y el universo natural. En ambos, sus propuestas están imbuidas de elementos personales y alegres que sirven para plantear cuestiones relacionadas con las normas sociales.
Una canción popular como inspiración
"La instalación se hace eco de una canción infantil, que trata una escuela en el fondo del mar donde todos los pececitos van a estudiar formas de resistencia”, explican los artistas. Se trata de la canción popular española Ay, mi pescadito. Con ella pretenden explorar la cohesión y la resistencia o falta de armonía entre las especies, o entre los seres vivos y los objetos.
Piel metálica reflectante
La piel metálica de las esculturas refleja la luz del sol en los muros, techos y suelos de la iglesia, con la consiguiente alteración en la percepción del espacio a lo largo del día.
Una luna en forma de huevo
Reflejando la remanencia del espacio, la materialidad de la luna en forma de huevo, que simula la piedra caliza, simboliza cómo todo se puede reutilizar y transformar como parte de la naturaleza cíclica de nuestro mundo. De este modo, evoca las posibilidades de recrear formas alternativas de vida, transformación y paternidad en el futuro.
La gaviota como símbolo
En las performances, estarán presentes unos disfraces de gaviotas que los propios Halilaj y Urbano llevarán en dos apariciones y que servirán de esculturas de bienvenida a la exposición. Estas representan las criaturas de la laguna de Venecia observando desde la altura el ecosistema en evolución. Las gaviotas son las encargadas de coordinar la actuación de las diversas criaturas en una acción colectiva.
ampliar información
Esculturas musicales
Las esculturas se transforman en instrumentos musicales por medio de cajas de música y otras técnicas artesanales. Entre todas, tratarán de componer una melodía bajo la interacción humana. La dificultad de armonización reflejará la complejidad de la sincronía perfecta del mundo material.
Los creadores
Petrit Halilaj y Álvaro Urbano son dos artistas visuales afincados en Berlín, pero por lo general ejercen su actividad profesional por separado. Este proyecto es una oportunidad única para ver a los artistas trabajar juntos en una instalación a gran escala.
La relación entre el universo humano y el universo natural
Juntos reflexionan acerca de la dicotomía entre los entornos construidos y la naturaleza, y de las posibilidades de negociación entre ambas realidades: el universo humano y el universo natural. En ambos, sus propuestas están imbuidas de elementos personales y alegres que sirven para plantear cuestiones relacionadas con las normas sociales.
Una canción popular como inspiración
"La instalación se hace eco de una canción infantil, que trata una escuela en el fondo del mar donde todos los pececitos van a estudiar formas de resistencia”, explican los artistas. Se trata de la canción popular española Ay, mi pescadito. Con ella pretenden explorar la cohesión y la resistencia o falta de armonía entre las especies, o entre los seres vivos y los objetos.
Piel metálica reflectante
La piel metálica de las esculturas refleja la luz del sol en los muros, techos y suelos de la iglesia, con la consiguiente alteración en la percepción del espacio a lo largo del día.
Una luna en forma de huevo
Reflejando la remanencia del espacio, la materialidad de la luna en forma de huevo, que simula la piedra caliza, simboliza cómo todo se puede reutilizar y transformar como parte de la naturaleza cíclica de nuestro mundo. De este modo, evoca las posibilidades de recrear formas alternativas de vida, transformación y paternidad en el futuro.
La gaviota como símbolo
En las performances, estarán presentes unos disfraces de gaviotas que los propios Halilaj y Urbano llevarán en dos apariciones y que servirán de esculturas de bienvenida a la exposición. Estas representan las criaturas de la laguna de Venecia observando desde la altura el ecosistema en evolución. Las gaviotas son las encargadas de coordinar la actuación de las diversas criaturas en una acción colectiva.
