Paul Jenkins
Comentario de McKinsey
Socio senior
La IA generativa está en la mente de todos, por lo que no sorprende ver un interés significativo en ella, así como en la IA en general, reflejado en la encuesta. Como indica la encuesta, el mayor interés inmediato es mejorar la productividad mediante la automatización de procesos inteligentes. Ese es un punto de partida natural, porque es algo que todos pueden entender y el valor es bastante sencillo. Pero es importante señalar que esto es sólo el comienzo.
Me gusta pensar que el impacto de la IA generativa se produce en tres horizontes. El primero tiene que ver con la productividad, que es donde se encuentra hoy gran parte de la energía. El segundo tiene que ver con la innovación, donde la IA generativa puede permitir capacidades totalmente nuevas, como la personalización masiva de las comunicaciones, y ofrece a los individuos una síntesis y resumen (synthesis and summation) a una velocidad y escala que antes eran inimaginables. Y luego hay un tercer horizonte, donde ocurre la verdadera disrupción y donde reside la mayor oportunidad para la creación de negocios.
Cualquier negocio que se base en el conocimiento o que tenga muchos trabajadores del conocimiento está de lleno en este tercer horizonte. Con el poder de la IA generativa, es posible imaginar que ciertos tipos de servicios —desde financieros hasta la atención médica— estén disponibles para más personas a un costo menor. Aunque los líderes de las empresas parecen pensar que este horizonte no les afectará dramáticamente en los próximos cinco años, eso puede resultar una ilusión. Y aunque todavía no hay muchos negocios nuevos donde la IA generativa sea el núcleo de la propuesta de valor, sería prudente suponer que hay mucha gente trabajando para desarrollarlos. Por lo tanto, es posible que ese horizonte no esté tan lejano como algunos piensan.