Lareina Yee
Comentario de McKinsey
Socia Senior y Directora de McKinsey Global Institute
Pese a que aún estamos en las primeras etapas de la IA generativa, ya tenemos una primera impresión de las formas en que puede impactar en la fuerza laboral. Un temor común a la tecnología es que destruya empleo, dado que las organizaciones delegan tareas tradicionalmente realizadas por sus empleados a plataformas de IA cada vez más poderosas. Pero nuestra encuesta sugiere que no es necesariamente así. En efecto, una pluralidad de encuestados no anticipa un cambio inmediato en el volumen de su fuerza laboral. Y si bien los participantes prevén un menor número de empleados en algunas funciones, como operaciones de servicio y gestión de cadena de suministro/inventario, también estiman un aumento de trabajadores en otras, como ingeniería de software y desarrollo de productos.
Mientras tanto, la dificultad para hallar talentos de IA, si bien es considerable, está empezando a disminuir. Es posible que más personas estén tomando la iniciativa y mejorando sus capacidades. O quizás las inversiones corporativas en recalificación estén comenzando a dar frutos. Ambas tendencias, en cierta medida contrapuestas, sirven para reforzar el hecho de que aún estamos en los albores de la revolución de la IA; los efectos a largo plazo en la fuerza laboral recién están comenzando a tomar forma.
